Mi camino es amarte planta cara a El señor de los cielos
El señor de los cielos hizo historia la semana pasada en el prime time de Telemundo con el estreno de su octava temporada, que marca el regreso de su protagonista, Rafael Amaya.
La superserie escrita por Luis Zelkowicz se ha mantenido desde entonces con altos niveles de audiencia, liderando la programación estelar de la cadena de habla hispana.
"Gracias mi gente por sintonizar todas las noches El señor de los cielos, por hacer de esta saga icónica la más vista de todos los tiempos sin importar el idioma", agradecía Amaya a sus seguidores días atrás desde su perfil de Instagram, donde supera los 3 millones.
Pero la telenovela de la competencia, Mi camino es amarte (Univision), no se ha quedado atrás.
El melodrama que protagonizan Gabriel Soto y Susana González ha logrado plantarle cara a la exitosa saga de Telemundo, arrebatándole el liderazgo entre televidentes totales (P2+).
Este lunes, sin ir más lejos, la telenovela producida por Nicandro Díaz en la que también participan Mark Tacher y Ximena Herrera sedujo a 1,594,000 televidentes (P2+), mientras que El señor de los cielos promedió en su misma franja horaria 1,383,000 televidentes (P2+), según Nielsen.
P2+
1.Mi camino es amarte (Univision): 1,594,000
2.El señor de los cielos 8 (Telemundo) 1,383,000
Aunque la superserie de Telemundo mantiene su liderazgo en la franja de edad más codiciada por los anunciantes, la de 18 a 49 años, Mi camino es amarte ya se le acerca peligrosamente.
El melodrama de Univision promedió el lunes en esta franja 618 mil adultos 18-49 años, tan solo 50 mil menos que los que registró El señor de los cielos, que promedió 669 mil.
A18-49
1.El señor de los cielos (Telemundo): 669 mil
2.Mi camino es amarte (Univision): 618 mil
Mi camino es amarte narra la historia de Memo Santos (Soto), un chofer de tráiler, sencillo, trabajador y de origen humilde que al enterarse de que tiene una hija decide buscarla en la casa de la familia que la adoptó. Al conocer a la niña, en Memo se despierta el sentimiento más grande que cualquier ser humano puede conocer: el amor de padre.