A sus 93 años, una abuela de Nueva York recibe un soñado regalo de cumpleaños
Casi ocho décadas después de verse forzada a dejar sus estudios, Eileen Delaney, de 93 años, recibió su diploma de preparatoria ante los aplausos y felicitaciones de su familia.
Una abuelita de Nueva York finalmente pudo cumplir uno de sus más grandes deseos, gracias a la ayuda de su familia.
La matriarca de la familia Delaney, Eileen Delaney, se preparó para festejar su cumpleaños número 93 con sus familiares y amigos, pero jamás imaginó el regalazo que estos le tenían preparado: casi ocho décadas después que ella se vio forzada a dejar sus estudios, recibió su diploma de la preparatoria Port Richmond de la cual estaba supuesta a graduarse en 1945.
“No tenía ni idea que esto pasaría”, comentó Delaney a la estación local de la cadena ABC. “Soy muy afortunada. He tenido una buena vida. Esto es como la cereza del pastel”.
De acuerdo a la televisora, la idea de sorprender a Delaney fue de su sobrina, quien explicó que la festejada no tuvo la oportunidad de graduarse de su secundaria ya que se vio forzada a dejar sus estudios, trabajar a tiempo completo y aportar financieramente al hogar, según las exigencias de su madrastra en la década de los años 40.
“[Mi madrastra] insistió [durante] mi último año [de escuela] que debía trabajar, que si iba a vivir en su casa debía pagar renta y no tuve opción”, explicó Delaney.
Esta se despidió de sus compañeros y consiguió empleo en la telefónica de Nueva York, una posición que asegura tuvo la fortuna de ocupar ya que no requería un diploma de secundaria.
Años después, Delaney conoció a su esposo Eugene, con quien tuvo seis hijos. “Mi prima se acordó de la historia de mi madre y pensó que era una pena [que no se graduó]… así que pensó que era el momento [de hacerlo]”, comentó Maureen Delaney, hija de la festejada.
Luego de contactar al director de la preparatoria, Andrew Greenfield, y contarle la historia de Delaney, él movió cielo y tierra para reconocer a la abuela que hoy tiene ocho nietos y seis bisnietos. “Formé parte de la asociación de estudiantes todos estos años”, explicó. “Siempre me llegaban cartas de ellos, pero no tenía idea”.
La abuela recibió el diploma honorario como regalo de cumpleaños acompañada por sus familiares, quienes aplaudieron sus logros a lo largo de una fructífera vida. “Para alguien que ha hecho tanto por todos y que nunca ha pedido nada, sentí que era lo menos que podíamos hacer por ella”, puntualizó su nieta Delaney Elliot.