¡Restaurante no aceptó a Meghan y Harry por Navidad!
Ya sabemos la ubicación donde los duques de Sussex pasan las fiestas de Navidad junto a su pequeño Archie gracias al periódico Vancouver Sun, medio que se hizo eco de una insólita anécdota protagonizada por la mediática pareja.
La fantástica Isla de Vancouver fue el destino elegido por Meghan Markle y el príncipe Harry para alejarse del mundo durante sus primeras Navidades lejos de Sandringham donde pasaron los dos últimos años estas entrañables fiestas.
Al oeste de Canadá, el clima del sur de la Isla de Vancouver es el más suave de todo el país. Las noches del mes de enero están, por lo regular, encima del punto de congelación. Este paraje siempre está en las listas de los mejores lugares del mundo para vivir: encuentras todas las ventajas del primer mundo en un paisaje remoto y en medio de una naturaleza salvaje.
El lugar exacto donde se avistó a los duques de Sussex estos días fue en Saanich del Norte, en la península de Saanich, unas 16 millas al norte de Victoria, en British Columbia.
La pequeña península está rodeada en sus tres vertientes por 12 millas de costa oceánica en este lejano rincón del mundo. Allí los vecinos aseguran haber visto a la pareja en varias ocasiones, mientras hacen jogging.
También comentan que el príncipe Harry fue visto de paseo o hiking en varias ocasiones en el famoso parque natural de Horth Hill.
Es en un lugar al borde del mar donde el chef Pierre Koffel tiene uno de los restaurantes de lujo más espectaculares de la zona, el Deep Cove Chalet. Su esposa, Bev Koffel, conversó con el Vancouver Sun: “El área de Horth Hill está muy de moda ahora, ellos salen a correr por ahí, así que les ven. Es muy emocionante y espero que todo les vaya bien. Están rompiendo con la tradición y sólo les deseo todo lo mejor”. Lo mejor salvo una mesa en su restaurante, aunque ella echa la culpa al chef, su marido.
Cuando los duques de Sussex pidieron mesa para cenar frente a sus románticas puestas de sol frente al mar, según ella su esposo fue quien declinó amablemente la reserva. ¿El motivo? La cantidad de seguridad que tenía que desplegarse alrededor de ellos. “Ya saben como es mi marido, a ver qué pasa ahora…”, aclaró la divertida esposa con semejante anécdota y asegura que ahora no se separa del teléfono por si volvieran a llamar.
También cuenta que el personal de seguridad le visitó y habló con ella la semana pasada. Ahí aprovecharon a preguntarle: “¿Cómo supo quiénes éramos cuando les hablamos?” Y ella le contestó: “Bueno, tampoco era muy difícil de adivinar”.
Nos imaginamos el regaño que le cayó al marido de esta mujer después del intento de reserva de los duques… “Cariño, ¿cómo?, ¿que hiciste qué?” Ya saben, cosas de familia…