El actor y dramaturgo nuyorican pone fin a las representaciones de Hamilton en Puerto Rico, con las que no solo ha recaudado fondos para las artes, sino que ha ayudado a darle un impulso anímico a la isla afectada por los estragos que causó el huracán María y una interminable crisis económica.
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Lin-Manuel Miranda lleva tanto tiempo en Puerto Rico que a su hijo mayor, Sebastián, le ha dado tiempo a extrañar su casa en Washington Heights. El deseo del pequeño de 4 años de regresa a su hogar en Nueva York, que reveló el mismo Miranda en las redes, está cerca de cumplirse ahora que su papá encabezó este domingo la última función de su Hamilton en San Juan, a donde llevó el aclamado musical para colaborar en la recuperación de la isla tras el paso del huracán María.

Las 23 funciones que se han llevado a cabo desde el pasado 12 de enero en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré no solo han recaudado fondos para las artes en la isla, su primer objetivo, y ayudado a ponerla de nuevo bajo el foco de los medios. Además de todo eso, también ha supuesto un impulso anímico para los puertorriqueños tras un año y medio de adversidad que ha agravado aún más la crisis económica que arrastra la isla desde hace años.

Una prueba de ello se vivió en la función del pasado viernes a la que asistió People en Español junto a un grupo de invitados de la aerolínea JetBlue, uno de los patrocinadores de las presentaciones de Hamilton a Puerto Rico. Cuando al final del primer número del musical apareció Miranda, todo el público presente en la sala –que tiene una capacidad cercana a las 2,000 localidades– se puso en pie para aplaudir a rabiar al actor nacido en Nueva York de padres puertorriqueños. Como comentó uno de los asientes, eso no pasaba en las representaciones en Broadway.

Si el ganador del premio Tony no se tuviera al público suficientemente ganado, al final de la obra extrajo de la casaca de Alexander Hamilton una bandera puertorriqueña, que ondeó con orgullo antes de desaparecer detrás del escenario. No es de extrañar que algunos lo consideran un nuevo héroe nacional.

“De verdad ha sido increíble. 23 funciones en dos semanas y pico. De verdad que la recepción en la isla ha sido increíble”, dijo este lunes en una conferencia de prensa Miranda en el hotel de la localidad de Dorado, cerca de San Juan, donde se ha alojado, según el diario El Nuevo Día. “No solamente durante las fusiones, pero en toda la isla”.

Lo que es seguro es que el hecho de que decidiera trasladar su obra a la isla y retomar el papel dos año después de haberlo interpretado por última vez, generó un enorme interés mediático positivo que permitió hablar en positivo de la isla, desde donde últimamente han llegado pocas buenas noticias. Así, por ejemplo, Jimmy Fallon convirtió su Tonight Show en un bello anuncio publicitario imposible de pagar.

La estancia en Puerto Rico también ha tenido un aspecto muy personal para el creador de Hamilton, que se trasladó a toda su familia a la isla.

“Lo má especial de este mes ha sido que mis hijos está disfrutando la isla por primera vez”, contó en la conferencia de prensa. “Mi hijo mayor aprendió los boricuazos, jugando con [las hojas de los] morivivís, comiendo florecitas y disfrutando de la isla. El más chiquito [Francisco, de casi 2 años] empezó gateando aquí en Puerto Rico. Me dijo daddy por primera vez”.

Como el mismo Miranda contó a People en Español en una entrevista el pasado octubre, el dinero recaudado por las funciones en San Juan –se calcula que han sido unos $15 millones– se destinarán a un fondo creado a través de la fundación Flamboyán con el que se financiarán artistas y proyectos artísticos.

“Al tiempo que la isla se recupera de problemas graves como la electricidad, la agricultura, se plantan cafetales [nuevos] para volver a ponerse en pie, es muy fácil que las artes queden relegadas en medio de tanto barullo”, explicó. “Los museso, los actores… cualquier faceta de la expresión artística nunca será una prioridad. Así que nosotros podemos ayudar en ese extremo”.

Cuando regrese a Nueva York, Miranda no tendrá mucho tiempo para descansar con su esposa Vanessa Nadal y sus dos hijos. Entre los proyectos que tiene entre manos para este año está su debut como director de la cinta Tick, Tick… Boom, que lleva a la gran pantalla el musical autobiográfico del dramaturgo Jonathan Larson, y la versión cinematográfica de In the Heights, el primer éxito de Lin-Manuel en Broadway.

“Voy a seguir eligiendo los proyectos que me llamen la atención”, apuntó en la entrevista con People en Español sobre sus próximos pasos. “Gracias al éxito de Hamilton me encuentro en la envidiable situación de poder escoger los proyectos en los que quiero trabajar”.