La razón por la cual Kate Middleton y Meghan Markle no participaron en la procesión funeraria de la reina Isabel II
El mundo sigue procesando las imágenes desprendidas del solemne e histórico funeral de Estado de la reina Isabel II, celebrado este lunes en Londres.
Entre lágrimas y vítores el pueblo británico —e incluso algunos de los royals, como Meghan Markle, quien fue captada enjugando lágrimas durante el servicio— han despedido a la monarca que sirvió a su nación durante 70 años, el reinado más largo en la historia del Reino Unido.
Entre uno de los detalles que ha llamado poderosamente la atención es el motivo por el cual Kate Middleton, consorte del príncipe William y flamante princesa de Gales, y Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, no han acompañado al ataúd de la reina en su procesión funeraria.
El solemnte momento comenzó en Westminster Hall y culminó en la abadía de Westminster. El rey Carlos III encabezó la procesión al lado de sus hermanos, la princesa Anne, y los príncipe Andrew y Edward. Sus hijos, los príncipes William y Harry, así como Peter Phillips lo acompañaron permaneciendo detrás suyo mientras caminaban solemnes al lado del ataúd de la reina que estaba recubierto con plomo y que también llevaba los símbolos que la han acompañado hasta el final: la corona, el cetro y el orbe.
Meghan y Kate estuvieron ausentes de dicho cortejo pues de acuerdo con el protocolo de la familia real la procesión está integrada únicamente por los varones de la familia.
La única excepción en esta ocasión ha sido la princesa Anne, quien también participó en el cortejo fúnebre de su abuela, la Reina Madre, en el 2002, y de su padre, el duque de Edimburgo, en 2021.
Kate Middleton, princesa de Gales, y Meghan Markle, duques de Sussex, viajando en autos separados y siguiendo la procesión funeraria con el ataúd de la reina Isabel II:
La procesión funeraria se realizó antes de que los restos de la reina fueran llevados en una procesión pública a través de las calles de Londres hacia el histórico castillo de Windsor, que desde hace 1,000 años ha permanecido como incólume testigo de la historia del Reino Unido.
La ceremonia realizada en la abadía de Westminster contó con más de 2,000 invitados de honor. Posteriormente se celebró el cortejo fúnebre que culminó en Wellington Arch y de ahí partió hacia Windsor para el servicio religioso.