El actor, instalado en el personaje de su próximo filme, The Dictator, tiró una urna de cenizas sobre el esmoquin resplandeciente del conductor
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Sacha Baron Cohen, Atuendos audaces
Credit: Kevin Mazur/WireImage

Cuando Sacha Baron Cohen desfiló por la alfombra roja del Teatro Kodak de Los Ángeles para la entrega número 84 del Oscar, el actor que llegó instalado en el personaje de su próximo filme, The Dictator, llegó con accesorio inesperado en las manos: una urna de cenizas, que según él pertenecen al recién fallecido líder de Corea del Norte, Kim Jong-il.

Cohen, conocido por su trabajo en filmes como Brüno y Borat, primero dijo que su vestuario era de John Galliano (un nombre controversial actualmente en las pasarelas) y que su calzado era de K-Mart: “Saddam Hussein una vez me dijo: ‘los calcetines son calcetines, así que no gastes dinero en eso'”, bromeó Cohen.

Acto seguido, el actor que participó en el filme Hugo, ganador a cinco estatuillas durante la ceremonia, le vació la urna de cenizas sobre el esmoquin de Ryan Seacrest. Lo cual no le causó la mínima gracia al conductor y productor de American Idol.

El polvo dentro de la urna en realidad era harina para hot cakes.