Los dramáticos mensajes de una de las víctimas de Orlando a su mamá: "Me voy a morir"
Eddie Justice empezó la que sería la última conversación de su vida con su mamá con una declaración de amor.
“Mamá, te quiero”, le escribió el joven a su progenitora, Mina Justice, a las 2:06 a.m. del domingo desde el baño en el que se había parapetado huyendo del asesino que estaba segando vidas con un rifle automático en el club Pulse de Orlando. “En el club, están disparado”.
Con esas palabras aterradoras en la pantalla de su teléfono celular -que compartió con la agencia AP– se despertó la mamá, que trató de llamar a su hijo sin conseguirlo. Así que le escribió: “¿Estás bien?”.
Inmediatamente él le contesta: “Atrapado en el baño”. Alarmada, la madre le preguntá qué club y le responde que el Pulse, en el downtown de Orlando, y que llame a la policía.
“Voy a morir”, le advierte el joven dos minutos después de su primer mensaje. Ya completamente desesperada, la mamá llamó al 911 y le mandó varios mensajes a Eddie. “Contesta tu maldito teléfono, llámalos, llámame”.
A las 2:39 a.m., siempre según AP, el hijo vuelve a mandarle otro texto en el que de nuevo la insta a aletar a las autoridades -algo que la mamá ya había hecho- y le repite que está atrapado en el baño. “Viene para acá. Voy a morir”.
Mina le pregunta si hay alguien herido y en qué baño se encuentran. “Muchos, sí”, le contesta él, que de golpe deja de mandar mensajes. Ella le vuelve a escribir, con más preguntas sobre si está con la policía.
Por fin Eddie responde. “No”, dice. “Aún en el baño. Nos tiene. Tienen que venir a buscarnos”.
En contacto constante con el 911 desde su primera llamada, la mamá le explica que las autoridades ya están en el lugar. “Deprisa”, le insta él. “Está en el baño con nosotros”.
“¿Está con ustedes”, le pregunta ella. “Es un terror”, contesta el joven.
A las 2:51 a.m. el último mensaje de Eddie: “Sí”.
Aquí se acabó la conversación. Mina se pasó las siguientes horas, en las que compartió con la prensa la conversación con su hijo, tratando de que sus malos presentimientos no se confirmaran y que Eddie estuviera entre los 53 heridos o hubiera podido escapar del asesino. En ese tiempo contó que sabía que su hijo era gay, que era contable y vivía con el downtown de Orlando. Le gustaba comer y hacer ejercicio, le dijo a los periodistas.
Al final, el nombre de su hijo apareció en la lista de víctimas mortales. “Duerme profundo Eddie. Mamá te quiere, hijo”, escribió Mina en lo que parece una cuenta suya en las redes, según el diario Orlando Sentinel.