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Erika de la Vega
Credit: Mezcalent

Erika de la Vega está feliz con su nuevo show nocturno Ya era hora con Erika y Eduardo (Telemundo), espacio que comparte con Eduardo Videgaray y Boris Izaguirre. La periodista venezolana —quien vive en Miami con su hijo Matías, de 6 años, y su esposo, el ejecutivo de Telemundo Jesús Torres— lamenta no visitar ya con tanta frecuencia su país.

“¿Cómo veo el futuro de Venezuela? Como venezolana al fin lo veo con optimismo, tengo que verlo con mucha esperanza de que en las elecciones que vienen ahora de los asambleístas podamos tener un buen triunfo y sobre todo se respeten las reglas del juego”, afirma. “Somos los mismos venezolanos que tenemos que exigir a las instituciones formadas por el mismo gobierno —esas instituciones que deberían ser democráticas— exigirles que respeten el juego, que no quiten los votos. Ojalá algún día poder salir de este hoyo que ha traído tanta separación y división en mi país”.

La periodista asegura que aún queda una amistad con el líder político venezolano Henrique Capriles, con quien tuvo un largo noviazgo hace unos años. “Henrique y yo siempre nos hemos mantenido en contacto. Yo lo admiro mucho. En lo que puedo ayudarlo, le ayudo. Creo en su don como político y esa vocación que tiene de ayudar a los demás. No importa que él y yo hayamos terminado hace años. Siempre estaremos unidos por la admiración que le tengo y por el bien que le puede hacer a Venezuela”, dice.

“Para lo que él necesite sabe que cuenta conmigo y él también está muy pendiente de mí, felicitándome por esta nueva oportunidad. Para mí lo más coherente si después del amor hay una admiración es poder seguir en contacto, poder vernos a los ojos, poder conversar. Eso habla bien de la relación que tuvimos hace mucho tiempo atrás”.

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Y sobre su nuevo programa Ya era hora, la presentadora concluye: “El timing en la vida es para todo importante. Ya era hora de reírnos, relajarnos. En un show de humor, de no tomarnos en serio”.