Su historia de amor acabó hace más de una década pero el increíble parecido físico de sus hijos a Marc recuerda a Dayanara Torres cada día uno de los momentos más felices y dolorosos de su vida.
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Dayanara Torres
Credit: JB Lacroix/WireImage

Desde que se separara de Marc Anthony en 2003, Dayanara Torres ha entregado su vida en cuerpo y alma a sus dos grandes amores, los hijos de ambos, Ryan y Cristian, de 15 y 13 años, respectivamente.

Como ella misma ha dicho en numerosas ocasiones, han sido el mejor regalo que Marc le pudo hacer durante su romance. Con la baba caída presume de sus hijos en su cuenta de Instagram cada vez que surge la ocasión. La imagen más reciente fue durante la cena de Acción de Gracias. “Gracias por mis hijos, por cada día que los tengo a mi lado, quererlos y amarlos…”, escribía.

Y conforme más crecen, más evidente se hace el parecido físico con su progenitor. En especial Cristian, quien ha heredado los ojos y la dulce mirada del recién nombrado Persona del Año en la última edición de los Latin Grammy.

Los dos fueron testigos del emotivo momento que vivió su papi sobre el escenario al recoger el premio. Éste iba dedicado a ellos, y el resto de sus hermanos, por los sacrificios que habían tenido que hacer al ser hijos del artista y no poder pasar más tiempo juntos.

Quien fuera Miss Universo en 1993 siempre le ha respetado por ser el padre de sus hijos, pero su ruptura fue de todo menos bonita. Los sueños de pasar el resto de su vida juntos, como se prometieron en su segunda boda en la Catedral de San Juan, no se hicieron realidad. Al poco tiempo de separarse veía al cantante contraer nupcias con Jennifer López, una herida que dejó huella en la modelo de 42 años.

El tiempo lo cura todo y la puertorriqueña ha vuelto a enamorarse pero sin volver a pasar por la iglesia. Su otro gran amor ha sido Amaury Nolasco, íntimo amigo en la actualidad a pesar de no ser pareja sentimental y muy querido por sus dos hijos. El actor llegó a su vida siendo Ryan y Cristian muy pequeños y fue de gran apoyo para la exreina.

Aunque ambos lleven vidas diferentes, Marc y Dayanara siempre estarán unidos por sus retoños. Mirarles a la cara es, de alguna manera, recordar una historia de amor que, mientras duró, fue como un cuento de hadas.